Fundacion Alambique para la Poesía

SEIS POETAS DE MENDOZA, ARGENTINA

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Seis poetas de Mendoza (Argentina)

Leandro Calle

En otra oportunidad (El Alambique n.º 4) presentamos desde Argentina una selección de poetas de la provincia de Córdoba. La idea que subyace en estos breves muestrarios de poesía argentina, es ofrecer al lector español una mirada sobre diversos poetas que pueblan el territorio austral y que no siempre llegan a ser conocidos en territorio europeo. Las revistas literarias y mucho más las de poesía, han contribuido a este “contrabando poético” y por eso resulta elogiosa la tarea que realiza El Alambique.

Toda selección es arbitraria. Una primera manera de seleccionar ha sido la división por regiones o provincias. Anteriormente Córdoba y ahora la provincia de Mendoza.

Mendoza pertenece a la región de Cuyo que se conforma junto a dos provincias más: San Juan y San Luis. La región está ubicada en el noroeste de la República Argentina.

Mendoza es una provincia de identidad cultural muy fuerte, de capital importancia en la historia argentina y de una frecuente vinculación con el hermano país de Chile. Se la conoce como “La tierra del sol y del buen vino”. Mendoza constituye el principal terreno de producción vitivinícola. Y donde hay vino, es lógico que aparezcan poetas. Resultaría extenso ofrecer un panorama de la historia cultural de Mendoza. Nombro solamente dos hitos que me parecen importantes. En primer lugar en la década del ’60 la creación del Movimiento del Nuevo Cancionero, integrado, entre otros, por el poeta Armando Tejada Gómez, Oscar Matus, Tito Francia y Mercedes Sosa. Artistas de origen mendocino o residentes en la ciudad. El cometido de este movimiento fue la propuesta de una música nacional de contenido popular. Lo lograron. En la voz de Mercedes Sosa, la canción mendocina dio la vuelta al mundo. Mendoza fue el epicentro de este movimiento que supo amalgamar la música popular y la poesía.

En segundo lugar, y un poco antes, a fines de la década del ’40, Mendoza fue la sede del Primer Congreso Nacional de Filosofía. Con importantes disertantes del nivel de Hans Georg Gadamer, Rodolfo Mondolfo, Ismael Quiles, Benedetto Croce, Julián Marías, y otros, el Congreso, logró desplazar la centralización habitual de Buenos Aires como capital y confirmó a Mendoza como uno de los espacios de cultura y pensamiento.

Estos dos hitos entre muchos otros, muestran la provincia de Mendoza como una región de identidad cultural fuerte y madura.

Entre los poetas más destacados de Mendoza, hay nombres insoslayables, como los de Alfredo Bufano, Ricardo Tudela, Américo Calí, Jorge Enrique Ramponi, y otros que continuaron su tarea influyendo a generaciones siguientes, entre ellos Alfonso Solá González (mendocino por adopción) o Fernando Lorenzo, quien representa un verdadero nexo entre aquella brillante generación y los poetas actuales.

Los poetas que presentamos para El Alambique también están enraizados en esta historia mendocina de una u otra manera. Pertenecen a esa región y al mismo tiempo se abren a la universalidad que la buena poesía siempre trae consigo. Son poetas con una voz definida y una trayectoria reconocida en su lugar de residencia. Ahora, a través de El Alambique, llegan a España. Ellos son: Débora Benacot, Carlos Levy, Marta Miranda, Patricia Rodón, Hernán Schillagi y Fernando G. Toledo.


Débora Benacot

Consuelo de tontos

Un poema no cambia el mundo

ni anuda el hambre

ni aplaca guerras

y sin embargo

en el lugar y momento indicados

tal vez pueda ser

una tregua de palabras

embrague de los mundos

cierta especie de alimento.

(De Ácaros al sol, Fundíbulo Ediciones, 2011)

Los hospitales y los aeropuertos se parecen

Hay quien llega

quien espera

quien llora

quien se va

quien huye

gente reunida

en la bienvenida

y otros muy juntos

para despedirse

manos que insisten

en muecas de adiós

ojos de vidrio

empañados

labios que rezan

un mantra protector

para el que parte

hormigueo constante

en los pasillos

preguntas

destinos

carteles

arrivals / departures

Los hospitales y los aeropuertos se parecen

tanto que se infiere

que todos tenemos un asiento reservado

en ese único vuelo

y estamos mortalmente enfermos

de lo mismo.

Los hospitales y los aeropuertos se parecen

demasiado.

(De Pirsin, Ediciones Culturales de Mendoza, 2012)

El Juego

El juego es que no pienses en el juego

el poema es que no hables del poema

pero ahí estás de nuevo

pensando y escribiendo

jugás a resbalarte en las palabras

partís en dos la lengua

soplás más fuerte en mitad del incendio

¿no hacemos eso siempre?

ratón en la ruedita

corriendo hacia la nada

con la tenacidad de un niño

que cuenta en la playa

los granos de la arena.

El juego es que no pienses, no escribas

el juego es que no hables del poema

el poema es que entiendas el silencio

el poema es que no escribas el poema

no has llegado

ni llegarás

ni siquiera podrás asomarte

la victoria no sabe tu nombre

otra vez has perdido.

(Inédito)


Carlos Levy

Poemas de los nombres

No voy al templo

no tengo manto ni Kipá,

no celebro el sábado

no leo la Torah

y el Kadish no sé decir.

ni ayuno en Iom Kipur.

Nada sé de los días de guardar

y Pesaj

sólo es

un recuerdo de pan ácimo,

hierbas amargas,

dulce

y una dulce canción que no olvido por lo dulce.

Pero

tengo un apellido judío de cuatro letras

cuatro abuelos judíos

ocho bisabuelos

y así

hasta el principio de lo que soy;

soy Jacobo hermano de Isaac;

hijo de María y Salomón,

hijos de Raquel y Jacobo

de Rebecca y de Isaac;

mi hija se llama María, mi nieto David.

¿Lo que hay detrás de estos nombres podrán comprender?

Verán

miré debajo de mi piel blanca y un negro vi

y miré más todavía y vi un amarillo,

un árabe,

un abisinio,

un indostano vi y errante me vi;

me he soñado en la vieja Sefarad

y he partido,

recorrido

una y otra vez los mares

y negros naufragios tuve

en cada tempestad de adioses;

Vagabundo en todas partes,

llevo dentro de mí

la memoria de mi abuelo Isaac

y veo,

con sus ojos veo las callejuelas de Estambul.

En cada puerto con él dejé lágrimas

que no secan todavía,

y pude ser boticario,

viajante de telas, vendedor de loterías,

borracho en Tánger,

contador de cuentos en Grecia,

un apartado en Sudáfrica,

partisano en Italia o médico en París.

O pude ser,

un número en mi brazo

moviéndose hacia los campos del gas.

Y si me ven cantar

bailar o beber con fuerza

brindar por la vida

que estalla aquí, allá y más allá,

mírenme muy bien dentro de los ojos

y verán escondida una tristeza.

Sólo soy un hombre

que cuando se canse morirá

para ser luego

un poco de memoria

buscando un lugar en la tarde.

Y si voy a ser un recuerdo,

al ver la estrella vespertina

recuérdenme,

como aquel judío que quería escribir poemas.

(De Dolorata, El judío que soñaba España, 2001)

La pieza nueve

Un resplandor chiquito y mortecino

entra sin permiso por la ventana,

entrecerrada,

de la habitación nueve.

Está casi a oscuras,

pero dicen que el suicida,

rara vez prende la luz;

que busca por vergüenza,

y en esa penumbra,

un recuerdo que contenga algo de piedad.

El hombre,

desde temprano ha hurgueteado en el ropero.

Una envejecida foto se libra,

de la prisión de un cuaderno y lo obliga,

a encender el velador.

Ha encontrado un pedacito de su infancia.

Ahora sabe,

al menos,

que sobrevivirá

hasta el próximo domingo.

De pronto,

se produce en él,

el milagro del hambre.

(De Viejo hotel, 2008)


Marta Miranda

Fauna

No hay amor verdadero sin un poco de inocencia.

Albert Camus

Asomada al balcón de casa

disfruto los últimos

coletazos del verano

El puesto de flores

ya cerró

y en la esquina el movimiento

es agitado

travestis

taxi boys

chicos preciosos

aportan colorido

al paredón de la universidad

Al pasar de las horas

se han ido

han vuelto han subido a los coches

y bajado de inmediato

infinidad de veces

Junto con las horas

pasó la noche

y la pequeña fauna

ralea

En todo este tiempo

no sé si por el puesto

cerrado de flores

o qué

ninguno de nosotros

deshojó una margarita

(De La misma piedra, Ediciones Del Dock, 2004)

Yo no recuerdo la sonrisa de mi padre

Aunque la enfermedad lo devoraba

yo siempre ponderé

la buena salud estética de mi padre:

sus grandes ojos

sus manos alargadas

el aire irónico con que miraba al mundo

Desde su silla

si alguien cometía una torpeza

cosa frecuente dado el lugar

las circunstancias

si me miraba en esas circunstancias

sonreía calladamente

yo tomaba ese gesto como una señal de bienvenida,

de ser parte de su mundo

Sin embargo

yo no recuerdo su sonrisa, digo,

lo material

de su sonrisa

¿Sus dientes eran amarillentos

eran parejos?

En el recuerdo

la sensación es de felicidad

pero la imagen congelada

al mirarme

es la sonrisa que ofrecemos al perro abandonado

que al cruzarnos en la calle nos sigue

mueve la cola, no nos muerde

Creo que es suficiente

con saber que mi padre sonreía

mas allá del recuerdo

para poder creer en la regla de bondad

de todas las sonrisas

de todos los perros

de todos los padres de este mundo

Cenizas

Fue en la época

en que el cielo se oscureció

Allá empezó de noche

por la mañana

la gente se encontró con una noche larga

la oscuridad

a pleno mediodía

Las cenizas del volcán

hicieron que todo

se convirtiera en sombra

estatua colosal

que iba esculpiéndose con lentitud

a cada respiro de la boca

Vos y yo

lo vimos todo por tv

igualmente

y aunque lejos

a miles

de kilómetros de allí

una nube espesa

entró en la casa, cubrió

la foto

de tu cara junto a la mía

y allí quedó

la ceniza, el gris

el peso

de las cosas

nos ahogaron

hasta volvernos

sombra

(Inéditos)


Patricia Rodón

Pornocaut

Primer round

Los ojos van y vienen

los ojos son un animal encerrado en una jaula

los ojos son un teatro antes de la función

las palabras son una multitud golpeando para salir

las palabras son los extras de la escena de terror

los minutos tiemblan como subtes debajo de la ciudad

los ojos son la cara del alma

los ojos son un péndulo en la mano del mango

los ojos son un asalto una matanza en plena calle

las palabras son las suicidadas por amor

las palabras son cartas quemadas en la bodega de un barco

los ojos pasan como muñecos atados a una calesita rota

los ojos son la luna dada vuelta

los ojos son pájaros prehistóricos

los ojos son vampiros amando a su presa antes de devorarla

los ojos son una vendetta.

Segundo round

Las bocas buscan y tiemblan las bocas son ciegos

las bocas son redes arrojadas a las sombras

las bocas son palacios incendiándose

las manos son orfebres tallando los diamantes de una corona

las manos son un pianista tocando un blues

las manos son una avaricia

las manos son grietas abiertas por un terremoto

los labios son grietas abiertas por un terremoto

los labios son enredaderas repletas de flores gigantes

los labios son pájaros cruzando el ecuador

las lenguas son enormes ballenas haciendo el amor

las lenguas son un tren atravesando una montaña

las lenguas son alguien que camina por la arena

los besos son planetas recién nacidos

los besos son balas en la boca del cañón

los besos son una espera una codicia

las lenguas se arrastran como un saxo en el humo de los bares

las lenguas son sabuesos entrenados para matar

las lenguas son rojas como el fuego y la capa de los reyes

el corazón es una banda un rocanrol

el corazón es un boxeador ahogado en un vaso de fernet.

Tercer round

Los cuerpos son un brindis

los cuerpos son dos borrachos abrazados al final del callejón

los cuerpos son acróbatas en un doble saldo mortal

las tetas son naranjas chupadas por un niño

las tetas son las lunas rojas de marte

los culos son montañas rusas enloquecidas

los culos son caballos sin domar

los vientres son afanosos cocineros preparando el festín

los vientres chocan como dos fórmula uno a gran velocidad

los vientres se refriegan frenéticamente a orillas del universo

los sexos son dioses panzones sentados en una hoguera

los sexos son fanáticos yendo a morir sin vacilar

la pija es la espada del rey de espadas entrando a la batalla

la pija es la flauta de polifemo enamorado

la pija es la 45 de corto maltés

la pija es el telescopio del astrónomo

la pija es un monje entrando en el templo

la concha es una catedral con un demonio adentro

la concha es una noche con agujero negro

la concha es el interior de un piano durante un concierto

la concha es la cuerda del trapecista

la concha es una bruja cosiendo el vientre de un pájaro.

Cuarto round

El orgasmo viene como un ejército iluminado con antorchas

el orgasmo es un machete abriendo caminos en la selva

el orgasmo es una bengala buscando las estrellas

el orgasmo es un río creciendo durante la tormenta

el orgasmo es un dragón ondeando en una bandera de seda

los cuerpos son un vidrio roto de un piedrazo

un derechazo a la mandíbula

un avión que supera la velocidad del sonido

los cuerpos son un grito

los cuerpos estallan en el cielo como un zeppelin

se derrumban como una marioneta

como un viejo edificio como un árbol

caen a través de sus sangres de sus nombres

y desaparecen en sí mismos

el alma arde como una vela en un salón desierto

el alma brilla sobre los amantes las sábanas quemadas

y el ring vacío.

(De Tango Rock, Mendoza, Diógenes, 1998)

De los hoteles

Hay hoteles de carne hoteles de palabras

hoteles de aire y hoteles de tiempo

En la habitación 605 no hay nadie

sólo un vago olor a sudor y sangre

a besos hervidos en la cima de la noche

Las sábanas acunan pelos y lágrimas

desorden manchas de semen fernet y risas

traídas de un lugar que no tiene nombre

Ellos han salido al café y al sol

parpadean como ladrones debutantes

como místicos expulsados del milagro

Tienen los ojos grandes y la boca rápida

los dientes brillantes y andan sueltos

por la calle como lobos en el paraíso

Se les nota el sexo el paso acompasado

el ritmo de su aliento la sorpresa de ser juntos

mucho más que un poema y una esfera roja

Tienen sed y hambre y un andar en celo

van a comerse el día este día y el otro y el otro

ajenos al pronóstico y al vaivén de las horas

Van porfiando el alma jugándose la vida

con las sombras repartidas compartidas

sueltos fluidos como el aire entre los árboles

Caminan y fuman y se cuentan los sueños

se besan en todas las esquinas detienen el tráfico

y alteran el eje de las veletas y de las últimas estrellas

Ellos se han ido lejos del río

han salido de la pieza perfecta de su isla

de su cubil madriguera cama lugar santo

Han dejado el firmamento inmenso recoleto

de la habitación 605 y han ido más allá

todavía más allá a buscarse la piel expuesta

Han dejado el viejo edificio el lugar prestado

van en busca de donde empiezan los ojos

y los confines de la lengua y del agua

En la habitación 605 ya no hay nadie

pero el peso combinado de sus cuerpos

ha puesto una huella única en la cama

Ellos han llorado de felicidad en ese cuarto

han gemido de placer de complicidad

de pacto de tribu de parentesco

Se han burlado de todo han gozado de todo

han olvidado todo y han empezado todo

entre las frágiles paredes de su propio hotel secreto

Hay hoteles de carne hoteles de palabras

hoteles de aire y hoteles de tiempo

Ellos hicieron uno de todos ellos.

(De Respirar, 2013)


Hernán Schillagi

ya te di la respuesta final la mentira

dudar acaso correr el raído velo entre los dientes

para oír una música que danza en la lengua

hundir la mano y encontrar las cuerdas

de una amarrada garganta

mentira gestos que confundidos

nos moldean borran todo rastro en el aire

y tocan un cuerpo imposible

ya te ofrecí el fuego ya robé el silencio

perdido entre las piedras y lo puse en tus labios

has hablado para callar has soportado

la cruz de tu pesada osamenta

y has dormido todos tus sueños

porque sabemos que al cerrar la boca

has tomado lo que deseaste

(De Primera persona, 2009)

cuando llama la puerta

has asomado tu curiosidad a la cerradura equivocada

pero tus ojos que esperaban una historia

de pesadillas y espejos negros comienzan a brillar

como si lo visto viniera del mejor de los futuros

y poco a poco y simultáneamente y atravesándose

las imágenes golpean tu retina tu rutina

y forman una aleación con el miedo

entonces la puerta es una nueva frontera

la línea de sal que cauteriza los prejuicios

tu cuerpo por tanto es una región a explorar

una nebulosa carne que se revuelve

tu cuerpo avanza sin sombra

tu cuerpo ya ves se enciende como un sacrificio

por cada paso que das en la piedra

«no hay dolor en el riesgo» te escucho decir

y tiendo mis manos hacia otra dimensión

pero lo que toco es un reflejo

el humo de tu fuego clandestino

acaso tu cuerpo sea también un mecanismo

que fabrica fantasmas de este lado de la puerta

para regresarme al olvido

(De Ciencia ficción, inédito)

piedra en el estanque

luego de atravesar la tela de araña

que pende secreta de cada asteroide

vendrás a contarme que nuestros mensajes

fueron recibidos como esas lluvias de verano

que refrescan al comienzo

pero que ahogan de humedad después

una sonda cruzará con tu voz magnética

el espacio que hay entre dos silencios

vendrás con los pasos marcados y no habrá partitura

que registre las notas de tu música sin idioma

una cadencia que adormece y abre los ojos

ante el agujero negro de mis dudas

sé que vendrás sin culpas como una piedra

inocente que cae en el estanque y rompe

el reflejo perfecto que habíamos construido

vendrás sin vacilar a decirme «somos del planeta

tierra y creemos estar desde siempre

solos en el universo»

(De Ciencia ficción, inédito)

Mecánico de la palabra

como una escena robada de una película

del cine nacional empuja con los dedos engrasados

de tinta su viejo auto bajo la lluvia

«para qué me sirve la poesía» repite «para qué»

si el motor no responde a sus bucólicas quejas

empuja puja y campuja vocablos contra el paragolpes

y las balizas le marcan la intermitencia

de su confundido corazón la indolencia

de su mecánica literaria ante el carburador

las oscuras transmisiones y los cables indiferentes

por eso empuja con el cuerpo entero

para llevar la mole de su torpeza hacia adelante

hasta que sin más toda la lengua le quede afuera

(De Lengua padre, inédito)


Fernando G. Toledo

14

Recuerdo lo que dijiste esa noche:

«Empiezo a temblar cuando no te oigo»

Tengo que beberme todo el silencio

Igual a un mudo mar que nos separa

Y darte palabras como una manta

Aunque sea difícil discernir

El límite entre el calor y el frío

Y yo compruebe que te estoy buscando

Como a una tierra que nadie conoce

También ahora es de noche También

Están todas las luces apagadas

Los cuartos de la casa son un túnel

Por el que un tren extraviado me lleva

Siempre a la estación que he dejado atrás

¿Podré entonces cruzarte en el pasillo?

¿Subirás de pronto? ¿Vas a sentarte

Junto a mí y procurarte algún abrigo?

Te busco como un ojo ciego busca

Lo oscuro El tiempo no puede importarme

Porque el tiempo no transcurre en lo quieto

Y te persigo y por eso no avanzo

¿Debo creerte? ¿Temblabas? ¿Sabías

Que todo lo que callé está guardado?

¿Que lo que no dije era sólo el viento

Y esa noche y tu modo de mirarme?

Debo beberme con sed el silencio

Debo darte una manta de palabras

Debo andar Debo buscarte Escribir:

Debo perderte esta noche de nuevo.

(De Viajero inmóvil, Libros de Piedra Infinita, 2009)

 

Autodefinido

Para Joaquín

A mi lado resuelve un crucigrama

Mi hijo mayor en la siesta narcótica,

Con todo el territorio del lenguaje

Desplegado en rectángulos pequeños

Que se enredan como entre una maleza

Donde el silencio acecha y todo está,

Allí, a la espera de ser descifrado.

Yo lo observo en mí, como quien aguarda.

Quizá en un instante algo me pregunte,

Y entre los dos sorteemos la selva

De calladas bestias que, con sus dientes,

Buscan morder las palabras que un padre

Y su hijo deben ir encontrando

Para por fin mirarse, y entenderse.

(De Mortal en la noche, Alción, 2013)

Mortal en la noche

Palpo el hueco que dejó mi cráneo en la almohada

Sin esperanzas de hallar algo especial.

Las horas de insomnio no han madurado

Ningún fruto que merezca la cosecha.

El espejo de enfrente no me alcanza. Noto

Que ni siquiera al respirar hago ruido

Y no hay rastros de sudor sobre las sábanas.

Si he estado, aunque no lo sepa,

Ensayando para morir mejor

Es obvio

Que aprendo rápido.

Sin embargo afuera el mundo,

La época y las supersticiones más altas

Trazan un laberinto que no será

Sencillo resolver. Todo lo que sé

(Un bulto humilde

En el guardarropas de lo real)

La tiene a mi ignorancia sin cuidado.

Pero es un cierto lujo que aún resista,

Incluso en este cuarto donde la Tierra no gira

Y ponga el cuerpo en cada escaramuza:

El cuerpo que ya

Igual doy –no sin pena– por perdido.

(De Mortal en la noche, Alción, 2013)

 


Nota bibliográfica de los poetas antologados

Débora Benacot nació en Mendoza, Argentina, en 1977. Publicó los poemarios Ácaros al sol (Fundíbulo Ediciones, 2011) y Pirsin (Ediciones Culturales de Mendoza, 2012) ganador del Gran Premio Vendimia de Poesía.

Más información en www.acarosalsol.com.ar.

Carlos Levy nació en Tunuyán (Mendoza, Argentina) en 1942. Escritor y animador cultural. Fue director de la Biblioteca Pública General San Martín. Integrante de los grupos literarios Aleph y La Sociedad de los Poetas Vivos. Publicó, en poesía: Inmensamente ciudadano (1967), La memoria y otras piedades (1984), Anverso/Reverso (1989, con Fernando Lorenzo), Café de náufragos (1992), La palabra y sus nombres (1998), Destierros (2001, antología poética), Doloratas (2001, con Marcos Silber) y Viejo hotel (2008).

Marta Miranda nació en Mendoza. Poeta, gestora cultural y docente. Publicó, entre otros, los libros de poemas La misma piedra (Ediciones Del Dock, 2004), Nadadora (Bajo la Luna, 2008), El Oleaje y otros poemas, antología bilingüe (Ediciones Ruinas Circulares, 2013).

Patricia Rodón nació en Mendoza en 1961. Poeta. Periodista, editora de Cultura del diario MDZ Online; Licenciada en Letras, docente de la Carrera de Comunicación Social en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Su trabajo como poeta ha sido reconocido con numerosos premios y publicaciones provinciales, nacionales e internacionales y traducido en diversas antologías de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia y Brasil.

Entre otros libros publicó: Tango rock (1998) y Estudio voyeur (2003).

Hernán Schillagi nació en 1976 en San Martín, Mendoza (Argentina). Publicó los poemarios Mundo ventana (2002) y Pájaros de tierra (2007). En 2008 ganó el Gran Premio Vendimia de poesía por Primera persona (2009). Codirige la revista virtual de poesía El Desaguadero.

Fernando G. Toledo nació en 1976 en Mendoza. Poeta y periodista. Publicó, en poesía: Hotel Alejamiento (Editorial Diógenes, 1998), Diapasón (Libros de Piedra Infinita, 2003), Secuencia del caos (Gran Premio Vendimia, Ediciones Culturales, 2006), Viajero inmóvil (Libros de Piedra Infinita, 2009) y Mortal en la noche (Alción Editora, 2013). Es licenciado en Comunicación Social. Es el co-creador y co-director de la editorial Libros de Piedra Infinita y de la revista digital de poesía El Desaguadero.

 
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