Queridos amigos:
Aprovecho este breve saludo para animaros a seguir combatiendo el falso e interesado discurso de quienes desde sus privilegiadas posiciones insisten en que el mundo (incluidos, por tanto, todos nosotros en él) está fatalmente condenado a repetirse.
Por desgracia, aún son muchos los escritores de versos que siguen envol-viendo en el eco de sus rancias musiquillas tan antiguo como injusto dispa-rate, pero es evidente que sólo a los verdaderos poetas prestará oído la voz de las sucesivas generaciones.
Bienvenidos a estas páginas cuantos, con tanta generosidad, trabajáis hoy en el nuevo y firme andamio que habrá de sostener la realidad futura.
Agustín Porras