Queridos amigos:
Ya sabéis que, independientemente del valor que cada uno demos a los textos aquí reproducidos, el verdadero motivo por el que siempre insisto en solicitaros vuestra colaboración no es otro que el de utilizar este puñado de páginas como excusa para poder reunirnos de nuevo.
¿Qué es, a fin de cuentas, lo que nos apasiona de la Poesía, si no la vida que late en ella, ya sea ésta fruto directo de la experiencia o de esa otra realidad paralela que construimos cada vez que somos capaces de analizar sin miedo la verdadera naturaleza de nuestro más íntimo deseo?
Gracias a todos por vuestro inteligente y generoso discurso, fiel traductor de ese perfume misterioso del que es vaso el poeta, que ojalá también le resulte agradable a los demás.
Agustín Porras
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