Fundacion Alambique para la Poesía

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Apuntes y canciones del camino


Javier Salvago


I

Mira qué crimen tan malo
será nacer, que la pena
es a trabajos forzados.


II

Echa vino, tabernero,
que hoy me siento como un trapo
y quiero andar por los suelos.

Echa vino, tabernero,
hasta que ya no me acuerde
de quién soy ni por qué bebo.


III

No hay mal que por bien no venga.
Pero mientras viene el bien
qué larga se hace la espera.

Porque, en el dolor, la dicha
se ve tan lejos que llegas
hasta a dudar de que exista.

No hay mal que por bien no venga.
Pero que venga corriendo
que tanto mal desespera.
IV

–¿Qué es la vida?... –Mientras dura,
lo que tienes, lo que tocas…
Lo demás, son conjeturas.


V

–¿Qué es la vida?... –Una ilusión
que nos mantiene dormidos
y atados a obligaciones
penosas y sin sentido.


VI

Para creer en la vida
hay que estar borracho de algo,
como dijo Baudelaire.
Sobrio, se te cae el sombrajo.


VII

En la vida todo dura
lo que dura la ilusión.
Al despertar, ves la trampa,
ves el truco y el cartón.

 


 
VIII

Tantos divorcios por hora
nos dicen que no están hechos
las mujeres ni los hombres
para hablar de amor eterno.

El amor es el engaño
de creer que esa persona
es mejor que las demás
y distinta de las otras.

Si amar es dar sin pedir,
sin esperar nada a cambio,
mira si el amor más puro
no es el amor a tu gato.


IX

Todo tiene remedio
menos la muerte,
que es de todo remedio.


X

La muerte es la medicina
que cura todos los males.
Cuando llega, no hay herida,
dolor, ni pena que aguante.

No me da miedo la muerte
porque morir es soñar.
Lo que me asusta es perderte
y no encontrarte jamás.

XI
He imaginado una verdad
que incluye todas las verdades.
Incluso todas las mentiras
en ella caben.


XII

Más allá de la apariencia,
del yo y de sus circunstancias,
un mismo ser nos alienta.

El ser único y eterno,
del que todo y todos somos
variaciones y reflejo.

En el teatro del mundo
todos somos personajes
de un solo actor: el ser único.

Que es el reparto completo:
el asesino y la víctima,
el carcelero y el preso.

(Para decirlo más claro,
yo soy Dios, en el papel
de este poeta cansado.)
Todas las vidas posibles,
a través de cada uno
de nosotros, Dios las vive.

Nadie es más ni nadie es menos.
A la postre, todos somos
el ser único y eterno.

Cuando en la obra se acaba
nuestro papel, devolvemos
al barro disfraz y máscara.


XIII

No hay Creación. Lo creado
y el Creador es lo mismo:
nuestro pintor es su cuadro.

XIV

La vida es sueño,
como sentencia el clásico.
Pero la muerte
es un sueño más largo,
sueño sin tiempo.

 

 
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